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jueves, 30 de junio de 2011

Verano, calor... agobio

Pues sí, el verano ya me tiene agotada, como siempre.  No me gusta el calor: me agobia, no me deja pensar, no me deja dormir, no me siento yo, cualquier trabajo o labor se convierte en una empresa titánica, ... me deprime.

Y para colmo se me estropea el ordenador, y el toldo: más calor todavía, menos mal que se han dado prisa en venir a arreglarmelo...lo del ordenador aún le queda, y dentro las fotos.

Mientras tanto sigo cosiendo, y oxidando agujas, y con mi dedo corazón derecho verde del dedal... el acolchado en suspenso hasta que me acostumbre al calor.

He comenzado con otro sampler, ya os enseñaré los dos bloques que llevo, y estoy con una camiseta... pero mientras tanto os iba a dejar dos cuadritos del Dear Jane que no os había enseñado, los últimos están en la cámara, hasta que pueda descargarla, pero parece que el señor Blogger, no tiene ganas de subir fotos, estará como yo...

domingo, 19 de junio de 2011

Sine die

Ya es seguro, está decidido, y no por propia voluntad sino por fuerzas mayores: de aquí en adelante cualquier trabajo que emprenda, cualquier proyecto en el que me embarque, llevará sin excepción la marca a fuego, pero invisible, de Sine die, ya no puedo iniciar ninguna labor con fecha fija, para ningún acontecimiento, ya sea Bautizo, Comunión, Boda o simple Santo o Cumpleaños...

La última entrada que hice, anterior a ésta, coincidió con la entrada en quirófano de una amiga. A la angustia inigualable de ella y de su familia, se unía la de aquellos que la queremos. A pesar del miedo, a pesar de la incertidumbre, en mi interior sabía que todo saldría bien, que sólo sería otro obstáculo más, otra piedra en el camino que saltar o rodear, otra prueba más a la que nos somete la vida, y, afortunadamente hace tres días recibió la buena noticia de que todo estaba en orden.

En los diez años en los que nuestros hijos comparten clase, éxitos y fracasos, buenos y malos ratos, hemos pasado muchas horas de "guardia" en la puerta del colegio. Para apreciar o querer a una persona no hace falta estar todo el tiempo juntos, ni pensar lo mismo sobre todo, ni salir a todos lados...sólo respetar y ser respetado, dar y que se acepte lo que das en su justa medida, no hacen falta agradecimientos forzados ni deudas que cobrar... sólo así, en mi opinión, la relación fluye naturalmente y sin resquicios. Nos une, y creo que no me equivoco, el sentido de la lealtad, la responsabilidad, el respeto, el hacer comprender a nuestros hijos el valor de la educación (no sólo la académica), del esfuerzo, de la entrega, de la honestidad, del compromiso, de las creencias, de la fe... y las dos sufrimos el peso de "nadar contracorriente", pero seguimos nadando.

Como las dos nos metemos en todos los berenjenales, ella se había ofrecido a realizar las togas de graduación para los hijos de tres amigas, y cuando las tenía empezadas fue cuando recibió la noticia de que tenía que operarse. Yo soy de natural arisca y no me gustan los fuegos de artificio ni las alharacas, pero cuando me doy me doy de verdad ( y así me va a veces), así que ni corta ni perezosa aquí está María José ofreciéndose a terminarlas, y cuando las llevo a medias otro nuevo problema de salud (sí, otro nuevo) me lleva a ingresar dos días en el hospital; por suerte, como al salir me encontraba bien y mi sentido de la responsabilidad es algo con lo que cargo desde mi más tierna infancia, consigo terminar una y dar por casi terminadas otras dos, que no me atrevo a quedarme porque tengo que pasar por varias pruebas y consultas médicas, así que el viernes dos alumnos se graduaron con togas que han hecho entre tres personas (y poca gente puede presumir de esto). En medio de todo este maremágnum, mi "homóloga en tontura" Amparo no me dice que la toga de su hijo no está hecha, por no cargarme de trabajo y porque pensaba hacérsela ella cuando le dieran el alta, el día antes de la fiesta...sin comentarios. Por fortuna, y porque Dios aprieta pero no ahoga (aunque a veces tengamos que decir "sigue apretando, pero afloja un poquito, por favor"), le consigo una de un antiguo alumno, así que el pobre ha ido con una toga prestada ("en casa del herrero...").

Todo esto unido a una labor, regalo de bodas tardío, que tengo empezada desde hace tres años y que ya lleva entre sus costuras una fractura de codo, dos intervenciones quirúrgicas importantes y otros "tropezones" médicos más (Jóse, ya sabes por donde voy), me hace pensar que sí, que las cosas las voy a terminar, que las empiezo y sigo empezando para acabarlas, pero sine die, sin fecha fija, sin calendario, para cuando pueda, sin prisas ni compromisos, sin agobios, sin echarme más culpas de las necesarias encima, sin sentir el peso del "qué pensarán si no lo tengo a tiempo".

Me quedo con una frase que me dijo tu tía, Amparo, sabiendo lo burras que somos las dos: "Cuidaos, si no por vosotras, por vuestros hijos que tenéis que terminar de criar,...y por vuestros maridos". ¿Seremos capaces?. Mi marido me acaba de llegar con otra frasecita: "Carpe diem, aunque sea con moderación", y como me conoce muy bien sabe que habrá más de "moderacíón" que de "carpere", pero no tengo más remedio que vivir priorizando lo importante, por mí y por los que me quieren, incluidos los que me necesitan...
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